El ácido poliláctico (PLA) es un nuevo tipo de material biodegradable, renovable y de base biológica, elaborado a partir de almidón obtenido de recursos vegetales renovables (como el maíz y la yuca). El almidón se sacarifica para obtener glucosa, que luego se fermenta con ciertas cepas para producir ácido láctico de alta pureza. Posteriormente, mediante síntesis química, se obtiene ácido poliláctico con un peso molecular determinado. Posee una excelente biodegradabilidad y, bajo condiciones específicas, puede degradarse completamente por microorganismos en la naturaleza, generando dióxido de carbono y agua sin contaminar el medio ambiente. Esto resulta muy beneficioso para la protección del medio ambiente y lo convierte en un material ecológico.
El ácido poliláctico posee buena estabilidad térmica, con una temperatura de procesamiento de 170 a 230 °C, y una buena resistencia a los solventes. Puede procesarse mediante diversos métodos, como extrusión, hilado, estiramiento biaxial y moldeo por inyección-soplado. Además de ser biodegradable, los productos de ácido poliláctico presentan buena biocompatibilidad, brillo, transparencia, tacto agradable y resistencia al calor, así como cierta resistencia bacteriana, retardancia al fuego y resistencia a los rayos UV, lo que los hace muy útiles. Se utiliza ampliamente como material de embalaje, fibras y telas no tejidas, entre otros, y actualmente se emplea principalmente en la confección (ropa interior y exterior), la industria (construcción, agricultura, silvicultura, fabricación de papel) y el sector médico y sanitario.
Fecha de publicación: 19 de septiembre de 2022
